Investigadores del Instituto de Ciencias de la Salud estudian el peso de la determinación social sobro los resultados adversos en obstetricia. Trabajando en conjunto con la Secretaría de Salud de Florencio Varela y el Hospital Mi Pueblo, el estudio cualitativo buscará echar luz sobre las causas sociales que determinan el riesgo obstétrico analizando retrospectivamente las historias de vida de mujeres que han atravesado por esa situación, en el barrio Ingeniero Allan de Florencio Varela.
En general, en la bibliografía sobre la materia se habla de determinantes de la salud, entre los cuales se encuentran los determinantes sociales, pero considerados como atributos de las personas. El proyecto que dirige Fernando Vallone, coordinador de la materia Salud Pública en la UNAJ, significa un cambio de enfoque que intenta explicar por qué ese riesgo crece o disminuye en función de la procedencia social o poblacional de la persona.
“El proyecto es el análisis del peso que tiene lo que nosotros llamamos la determinación social de la salud sobre el resultado adverso en obstetricia” explica Vallone.
Por resultados obstétricos adversos se entiende eventos como la muerte fetal, una hemorragia post parto que necesita transfusión, reingreso al quirófano o a la sala de partos por una complicación, o fallecimiento de la mujer.
“En esas circunstancias lo que hay investigado y lo que hay en la bibliografía es qué vinculación tiene ese resultado adverso con condiciones de salud de la mujer. El seguimiento de su embarazo, si fue un embarazo no atendido o la mujer no acudió a controles, etc. Lo que no hay es una mirada social sobre esto. Cuando decimos que en general esos resultados adversos y sobre todo la muerte materna se dan en mucho mayor proporción en poblaciones socialmente excluidas o de bajo nivel socioeconómico, cuando uno quiere buscar eso en la bibliografía lo que encuentra es qué enfermedades previas tenía la mujer, complicaciones médicas que hubo durante el embarazo porque no fue adecuadamente atendida y demás, pero no hay una mirada que explique por qué esa carga de enfermedad se da más en ciertos sectores poblacionales o sociales”.
¿Esos determinantes tienen que ver con el nivel socio económico?
Justamente. Desde la mirada de salud pública más avanzada, lo que se ha trabajado, ya desde hace décadas, son los determinantes de la salud, entre los cuales están los determinantes sociales, pero mirados como atributos de la persona. Si una persona es pobre, no tiene trabajo, no tiene educación formal está en mayor riesgo de enfermarse. O sea, como atributo de la persona, mirado desde esa misma persona, como atributos previos. Lo que nosotros queremos investigar, en este caso puntual del resultado adverso de los embarazos, es lo que se llama determinación social de la salud, que es una mirada distinta del determinante.
Si el determinante social está visto como un atributo de la persona, cuando uno habla de determinación social de la salud lo está viendo desde afuera, es decir cómo la vida en ese contexto, ese modo de vida, esos condicionantes de la vida de una persona la llevan a atravesar circunstancias de lo que llamamos el proceso salud-enfermedad de una manera desventajosa respecto de otras personas. Entonces, no estudiamos tanto qué le pasa a un “pobre” que no puede entrar al sistema de salud sino qué pasa con las poblaciones, o en qué contexto se desarrollan, y sobre todo cuáles son los mecanismos, las políticas. Para que esto tenga un fin propositivo desde las políticas públicas, para que esa población se incluya en el sistema y se rompan esas barreras para que el derecho a la salud se dé equitativamente en toda la población.
¿Además del contexto entran en juego las características del sistema de salud?
Sí. Lo que (Marc) Lalonde llama el campo de la salud tiene cuatro componentes que determinan los procesos salud-enfermedad: el componente biológico, propio de la persona (por ejemplo una persona que tiene una enfermedad preexistente o problemas hereditarios, la edad, el sexo); lo ambiental, que en este caso nosotros lo miramos como determinación social; lo que se llaman estilos de vida, es decir cómo la persona lleva adelante su vida dentro de las decisiones que puede tomar (porque cada uno vive su vida de la forma que quiere dentro de lo que puede); y otro de los cuatro componentes importantes es justamente el sistema de atención de salud, que también tiene un vínculo distinto de acuerdo a los grupos sociales y a esa determinación social de cada grupo.
¿Hubo algún dato o disparador que llevó a que pensaran en esta investigación?
Propusimos hacer la investigación en el municipio de Florencio Varela y específicamente en Ingeniero Allan porque es un barrio populoso y por la facilidad de que una docente del equipo de Salud Pública es la jefa de ese centro de salud, y estratégicamente nos permitía incidir en ese barrio, tener la información y poder hacer las entrevistas. Este es un estudio netamente cualitativo, de investigar hacia adentro de esas historias, retrospectivamente, qué pasó con esas mujeres. Pero Varela, además de ser un municipio del segundo cordón del conurbano, y de tener una población en crecimiento, tiene la maternidad con el mayor número de partos de la provincia (alrededor de 6 mil), por lo tanto es el que tiene también mayor casuística de eventos adversos. Y además en el año 2016 tuvimos la desgracia de que en Varela hubo seis muertes maternas más una domiciliaria. Muerte materna es la muerte de una mujer en el período que va entre su embarazo, el parto y 42 días posteriores al parto, en el puerperio, por alguna causa directa o indirecta vinculada a la gestación, sea por una hemorragia en el momento del parto o un proceso hipertensivo que va avanzando con el embarazo o por complicaciones previas como una diabetes que durante el embarazo tiene algún desajuste. Cada muerte materna es como la punta del iceberg que esconde por debajo muchísimas situaciones obstétricas en lo que definimos como eventos adversos, que por suerte no llegan al fallecimiento de la mujer, pero en las cuales hay o fallecimiento del bebé o del feto, o un bebé pequeño porque nace prematuro o dificultades en el resto de la vida de esa mujer de problemas que le pueden quedar crónicamente establecidos hasta la esterilidad en algunos casos y el riesgo de vida que llevan estos procesos. Varela tiene varios elementos entre su ubicación en el segundo cordón, la gran cantidad de población con necesidades básicas insatisfechas, una maternidad con el mayor número de partos en la provincia, y por lo tanto muchas situaciones complejas desde el punto de vista obstétrico, y haber pasado en el año 2016 por un momento donde esto se visualizó muchísimo y generó preocupación en el nivel regional del sistema de salud. Por lo tanto creo que estamos en el lugar correcto para hacer la investigación.
¿La propuesta implica un fuerte trabajo de la universidad con el sistema de salud, tanto con el municipio y como con la provincia? ¿Qué rol asume la universidad?
La universidad desde su creación siempre ha planteado que la investigación no tiene que estar disociada del impacto en la sociedad, por lo tanto investigar por investigar para publicar no es el objetivo de ningún investigador o docente de esta universidad. Normalmente para lo que yo estoy describiendo como un problema de salud lo que existe es un listado de factores de riesgo que lo que miden básicamente son factores de riesgo biológico. Nosotros queremos elaborar un listado de factores de riesgo sociales que den cuenta de qué otras cosas hay que mirar cuando uno está enfrente de una persona, en este caso de una mujer que está cursando un embarazo para estar atentos a qué acciones o actitud proactiva tiene que tener el Estado como cuidador o garante del derecho a la salud. No dejarlo en manos de la propia mujer y la familia (que venga cuando quiera y si no viene es porque no le interesa atender su salud. Nadie “no quiere” cuidar su salud, pero las herramientas que tiene cada uno para poder tomar control de su propia vida y de su propia salud son desiguales. Nosotros queremos que esto se pueda transformar y por lo menos extrapolar al municipio de Varela de una herramienta que cambie los procesos de atención y sobre todo prenda otras alarmas ante determinadas situaciones.
¿Cómo se va a desarrollar la investigación?
Esta investigación tiene tres actores. La propia Universidad, el Municipio a través de la Secretaría de Salud y el Hospital Mi Pueblo. El trabajo se va a realizar con información que nos provea el hospital sobre quiénes son las personas de ese barrio que han tenido en los últimos meses eventos obstétricos adversos. Con esa información e información clínica (respetando el carácter confidencial de esos datos), vamos a trabajar con el Centro de Salud recabando, por un lado información del propio equipo de salud sobre esa mujer, y por otro, realizando entrevistas con la mujer y si hace falta con la familia, para hacer la historia, una investigación retrospectiva, viendo para atrás qué pasó con esa mujer en todo el transcurso del embarazo y al momento de quedar embarazada para ver por qué vicisitudes pasó. Me parece que es bueno, más allá que cada uno de nosotros podamos tener algún conocimiento de esto, sistematizarlo y poder darlo, en formato de investigación, para que sirva de referencia y podamos utilizarlo como un insumo que cambie algunas prácticas en el sistema de salud.